spot_img

El Palacio del Infantado, la joya isabelina

El Palacio de los Duques del Infantado se comenzó a construir en 1480 donde anteriormente se ubicaba la casa del primer Mendoza alcarreño, Don Pedro de Mendoza, en la actual plaza de España de Guadalajara. Don Iñigo López de Mendoza y Luna, segundo duque del Infantado y Grande de Castilla, derribó la antigua construcción y levantó el nuevo palacio.

fachada principal del Palacio del Infantado en 1856
Fachada principal del Palacio del Infantado en 1856 (Clifford, Charles/museodelprado.es).

Esta época pertenece al periodo tardogótico del reinado de los Reyes Católicos, quienes tras unir las coronas de Castilla y Aragón, causan una revolución económica y política para la que necesitan un nuevo arte capaz de expresar sus nuevos valores monárquicos, su nueva identidad e imagen de poder. Este estilo recibió el nombre de Isabelino (también gótico de los Reyes Católicos) y se encarga de simplificar las estructuras y clarificación de las construcciones, que les permite que se extienda y popularice por toda la península como muestra del poder real. Se caracteriza por el uso de todo tipo de arcos; conopial, escarzano, carpanel, mixtilíneo, etc…, la infinita complejidad de las nervaduras de las bóvedas y la cuantiosa decoración de finos labrados. Las últimas construcciones coinciden en tiempo con las tempranas renacentistas, siendo ambas novedosas, construyendo «a lo moderno«. Esta forma de arquitectura proviene del arquitecto Juan Guas, quien ejecutó varias obras bajo el patrocinio de la reina Isabel I de Castilla y posteriormente para la familia Mendoza. El duque del Infantado le encarga la construcción del Palacio del Infantado y tras el éxito obtenido, la renovación de su castillo del Real de Manzanares. Como tallista se contó con Egas Coeman.

El Palacio del Infantado fue el más ostentoso de los construidos en España, rebosante de esplendor. Su construcción fue novedosa al erigir un palacio ciudadano, insertado en plena urbe, abandonando definitivamente el castillo como residencia señorial por lo que carece de torres en las esquinas, alejándose de la arquitectura fortificada medieval. También fue novedosa su planta cuadrada con patio central, también cuadrangular. Esta planta era precedida por una plaza delantera de idénticas dimensiones, acercándose al estilo renacentista, preocupado por la axialidad, simetría y proporción.

patio del palacio del infantado
Patio interior de planta cuadrada.

El Palacio del Infantado fue el más ostentoso de los construidos en España, rebosante de esplendor

La fachada se ultimó en 1483 y fue novedosa por contener una rica galería sobre una cornisa de mocárabes y un parámetro con cabezas de clavos, fusionando las formas flamígeras con las gótico-mudéjar toledanas. La fachada fue tallada en piedra caliza originaria de Tamajón (Guadalajara), formando una trama romboidal con puntas de diamante. En su parte superior coronan la fachada una galería corrida de balcones y garitones, con ventanas bífaras. También novedosa fue la puerta con forma de arco apuntado mixtilíneo, entre columnas. Está inspirada en los modelos toledanos mudéjares y posee un dintel heráldico bajo el añadido de un gran escudo nobiliario.

puerta portada palacio del infantado
Puerta principal y detalles de puntas de diamante en la portada del palacio.

En su interior el Patio de los Leones presenta una rica ornamentación en su doble arquería de arcos conopiales; 7 en los lados de levante y poniente y 5 en los otros dos, sustentados por columnas de orden toscano. Sobre cada columna aparece un escudo, alternando el apellido de la familia Luna con el de la familia Mendoza, cada uno rematado con su correspondiente corona ducal. Los arcos de la parte inferior son conopiales mixtilíneos y los de la galería superior similares pero añadiendo un par de entrantes en el lateral que se quiebran y complican. Los parámetros sobre los arcos se completan con parejas de leones, que son el emblema de Don Diego Hurtado de Mendoza, y parejas de grifos alados, encadenados y enfrentados en los superiores. Una larga y fina cartela con una frase en caracteres góticos aparece a lo largo de la rosca de los arcos.

patio de los leones palacio del infantado
Ornamentación del Patio de los Leones del palacio.

El extenso jardín del palacio también fue novedoso, ya que este tipo de jardines solo se daban en monasterios y en Al-Andalus, adosado al palacio por una fachada porticada por de doble arquería de arcos de medio punto sobre pilares elípticos.

jardin del palacio del infantado
Jardín del palacio.

Portada: Jenaro Pérez Villaamil (1844)/Wikipedia

spot_img

ÚLTIMOS ARTÍCULOS

Autor

Comparte

6 COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí