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Virgilio, el poeta romano que creó tanta expectación con la Eneida como Star Wars o Juego de Tronos

Virgilio (70 a.C. – 19 a.C.) se puede considerar respecto a la civilización romana como Homero lo fue para la griega. Nadie puede embarcarse en los clásicos sin leer su Eneida

Lo más extraño es que muchas de las grandes obras de la literatura universal o de los grandes autores, sobre todo antiguos, se han hecho famosas mucho tiempo después de su publicación y a menudo con su autor ya fallecido, pero esto no sucedió con Virgilio. Su Eneida creó tanta expectación en su tiempo que el propio emperador Augusto estaba expectante de su publicación.

En el 26 a.C. Virgilio era ya toda una celebridad en Roma tras sus dos exitosas obras, Bucólicas y Geórgicas, y la noticia de una nueva creó un enorme interés, sobre todo porque la Eneida no iba a ser una obra cualquiera, era su legado al mundo romano (y por ende al resto), de hecho trabajó en ella durante sus últimos 11 años y ni siquiera pudo finalizarla antes de que le llamara la muerte. 

Su fama era similar a la que pueden tener hoy las grandes estrellas del cine, de la música o del deporte. El pueblo le adoraba y cada vez que se dejaba ver en público, la gente lo aclamaba casi como al mismo emperador, aunque la timidez del poeta le hacía aparecer pocas veces y prefería mantenerse lejos de los halagos populares.

Origen de mecenas
Busto de Mecenas

Tras el éxito de Bucólicas, Virgilio ingresó en el entorno de Mecenas y consiguió su patronazgo. En aquel círculo también se encontraba un joven Octaviano, futuro Augusto, con el que entabló una gran amistad.

Eneida

La noticia de su nueva obra, Eneida, despertó tantas expectativas que el propio emperador en persona escribió al poeta desde Tarraco, haciendo una pausa en su guerra contra los cántabros, para solicitarle un adelanto del poema ya que no podía esperar más. El poeta de Asís Propercio dijo: «Ceded el paso, poetas griegos; cededlo, poetas romanos: está a punto de nacer algo más grande que La Ilíada”.

«está a punto de nacer algo más grande que La Ilíada”

Propercio

En la Eneida, curiosamente, no se encuentra un mensaje especialmente trascendental para toda la expectación que levantó, eso sí, es un bellísimo poema que trata de temas épicos desde un punto de vista culto, cosa que lo diferencia de la obra de Homero. Virgilio vino a rescatar la enorme crisis que vivía la poesía en aquellos tiempos convulsos, en los que la guerra civil había sido una constante en el final de la república. Podemos decir que los textos de Virgilio ayudaron a superar un momento delicado para Roma. Los romanos hicieron de la Eneida la base de su enseñanza escolar, por lo que a menudo se asocia la obra de Virgilio con una de las fuentes principales de la civilización romana.

virgilio
Virgilio

Falleció en el 19 a.C. en Brindisi, pero poco antes se había embarcado hacia Grecia. Al parecer no había quedado lo suficientemente satisfecho con la primera redacción de su obra y quería vivir en primera persona las tierras por las que había pisado el héroe Eneas. Sin embargo el poeta estaba enfermo y muy débil a los 50 años, y Augusto, con el que se encontró en Atenas, le convenció para volver juntos a Roma. Pese a llevar poco tiempo en Grecia, aceptó, no sin antes visitar la ciudad de Megara, cerca de Atenas, donde la temperatura extrema agravó su estado y cuando entró en el puerto de Brindisi, la muerte ya le rondaba.

«Cómo hundieron los dánaos la opulencia de Troya y aquel reino desdichado,
la mayor desventura que llegué a contemplar
y en que tomé yo parte considerable.»

Eneas en la caída de Troya
(Eneida II, 4-6)

Quemar la Eneida

Como curiosidad, en el lecho mortal solicitó los manuscritos de su Eneida para quemarlos. Es algo inaudito que tratara de destruir lo que tanto le había costado durante 11 años y que pese a no estar totalmente acabado, era la obra de su vida. Según indicaron algunos testigos, su deseo no fue fruto de la agonía de un moribundo y dieron fe de que se encontraba plenamente cabal, lo que hace aumentar la extrañeza de su petición, deseo que, afortunadamente, no fue cumplido.

Vida de Virgilio

Publio Virgilio Marón (70 a.C. – 19 a.C.) nació cerca de Mantua y viajó a Milán con 15 años para estudiar ciencias como medicina, astronomía, astrología y matemáticas. Después viajó a Roma, dónde se considera que comienza su obra al entrar en contactos con los poetas de la época.

La situación de la República era muy agitada con la más que segura guerra civil y se desplazó a Nápoles buscando tranquilidad. De su obra hay que destacar en primer lugar Bucólicas, su primer gran éxito, y que le consagró como poeta, logrando conseguir un patronazgo. Esta novela es tipo pastoril (bukolós significa pastor en griego), género que se pondrían tan de moda muchos siglos después y que tiene su origen en Teócrito de Siracusa

Más adelante escribió Geórgicas, donde demuestra su madurez como poeta, aunque al estar bajo patronazgo de Mecenas, lamentó que tuvo que seguir sus indicaciones para dar un poco de popularidad a las reformas que quería establecer Octaviano, en un momento de crisis tras las guerras civiles. La obra se basa sobre todo en temas agrícolas y ganaderos. El mismo año de publicación de Geórgicas, 29 a.C., se considera como el comienzo de su gran obra, la Eneida, que le tendría ocupado hasta su muerte.

Bibliografía: «Bucólicas», «Geórgicas» y «Eneida» (Virgilio, con prólogos de José Luis Vidal)
Portada: «Virgilio recita le Eneida ante Augusto, Octavia y Livia» (Jean-Baptiste Wicar, Art Institute of Chicago)
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