
Lo dijo uno los los más grandes filósofos de todos los tiempos: Aristóteles.
Sucedió a la muerte de Alejando Magno en el 323 a.C. Macedonia había dominado a todas las ciudades griegas (al igual que había dominado gran parte de Asia) y el pasado del filósofo tan cercano a los Macedonios le granjeo muchas enemistades en Atenas cuando esta se había librado del yugo macedonio. El padre de Aristóteles era médico y amigo de Amintas III, padre de Filipo y rey Macedonio. Por ello cuando Filipo fue nombrado rey (como Filipo II) pensó en el filósofo ateniense como educador del joven Alejandro. Estuvo 8 años junto al futuro rey hasta que decidió regresar a Atenas tras suceder este a su padre Filipo.
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[/bs_col]“No permitiré que pequéis por segunda vez contra la filosofía”
[/bs_row]Algunos personajes atenienses comenzaron a lanzar acusaciones contra el filósofo, entre ellas de impiedad. pensando en lo ocurrido con Sócrates (también acusado de impiedad, condenado a muerte y ejecutado con cicuta) prefirió abandonar Atenas y partir a la isla de Eubeas donde fallecería un años más tarde. Según dice la tradición, antes de salir de la ciudad pronunció estas palabras:”No permitiré que pequéis por segunda vez contra la filosofía“.

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