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Bismarck, Canciller de Hierro y árbitro de Europa

La actual potencia Alemana se fraguó a finales del siglo XIX y para ello fue determinante un personaje: Otto von Bismarck (1815-1898). El Canciller de Hierro llevó a Alemania a las cotas más altas de su historia.

Del Sacro Imperio a la Confederación Germana

Las ofensivas de Napoleón pusieron el fin del Sacro Imperio Romano Germánico en 1806. El corso creó la Confederación de Rin que fue cancelada tras el Congreso de Viena. En 1815 nacía la Confederación Germánica formada por 39 estados entre los que destacaban Prusia, Austria, Baviera y Sajonia y era presidida por el emperador de Austria. La unión aduanera o zollverein de 1834 le dio un enorme empuje económico a la zona.

Caricatura Congreso de Viena
Caricatura del Congreso de Viena donde las potencias vencedoras se repartieron Europa

Prusia, el más destacado de todos

Federico Guillermo IV fue el rey de Prusia desde 1840 hasta 1861, cuando su hermano Guillermo I le sucedió en el trono. Bajo su mando Prusia se convirtió en imperio y cimentó la potencia económica que es en la actualidad. Un año después Bismarck era nombrado primer ministro liderando políticamente la nueva potencia. Convertido en el Canciller de Hierro, emprendió una serie de reformas comenzado por el ejército y por las relaciones exteriores.

Tres guerras para dominar Europa

El canciller se involucró en tres conflictos exteriores que forjaron definitivamente las fronteras del futuro Imperio Alemán. En 1864 le arrebató a los daneses los ducados de Schleswig y Holstein, arrastrando al conflicto a los austriacos con los que se repartieron los nuevos territorios. Sin embargo, dos años más tarde les enfrentó con la aplastante derrota austriaca en Sadowa. La paz de Praga de 1866 transformó la dieta federal en una confederación de solo 21 estados. En 1870, Bismarck forzó un enfrentamiento al que consideraba su principal enemigo: Francia. La casus belli del conflicto fue el Telegrama Ems, modificado y publicado por Bismarck para forzar la reacción francesa ante la posibilidad de que accediera al trono vacante de España el heredero de la casa Hohenzollern (Prim buscaba un candidato tras el exilio de Isabel II, que finalmente sería Amadeo I de Saboya). La guerra fue rápida y demostró la enorme superioridad del ejército alemán en la decisiva batalla de Sedán, que puso fin al II Imperio Francés bajo Napoleón III. Innovaciones tácticas y tecnologías hicieron de Prusia una potencia militar, buena muestra de ello es el fusil Dreyse de cerrojo y con retrocarga, que revolucionó las tácticas de infantería y dio una gran ventaja a los ejércitos de Bismarck.

Napoleon III y Otto Von Bismarck - Curiosidades de la Historia
Napoleón III y Otto Von Bismarck tras la batalla de Sedán

Las reformas políticas y económicas de Bismark

El canciller buscó un desarrollo del país de manera rápida y realizó importantes reformas a nivel financiero, industrial y militar. Creó el marco como moneda única (había siete distintas) y el banco real de Prusia o Reichbank.

Diseño una estructura política autocrática a la que llegó tras pactar con la aristocracia y la burguesía. Excluyó del poder a los partidos políticos, evitando que pudieran designar gobierno y apartó las corrientes socialistas y liberales, que eran los auténticos enemigos del canciller. Desde 1875 los partidos más radicales pasaron a la clandestinidad.

El desarrollo del ferrocarril fue vertiginoso, se multiplicó el empleo, el transporte y aumentó considerablemente la circulación monetaria. La crisis mundial de 1873 se solventó con una ley arancelaria y Alemania se convirtió en una formidable bloque económico.

Política exterior, las alianzas bismarckianas

La autentica obsesión de Bismarck siempre fue Francia y evitar su posible alianza militar con Rusia. Así puso en proceso las alianzas bismarckianas que mantuvieron el equilibrio en Europa hasta los primeros años del nuevo siglo. Primero promovió los acuerdos de solidaridad monárquica con Rusia y Austria contra la Francia republicana. En 1878 se implicó en los problemas de Oriente tras el acuerdo de San Stéfano entre Turquía y Rusia tras la derrota de los primeros. Forzó el Congreso de Berlín para revocar la parte del acuerdo de favorecía en demasía a Rusia y, tras los acuerdos con las principales potencias, logró mantener la paz en la zona lo que quedaba de siglo. La tela de alianzas que tejió Bismarck fue en algunos caso contradictoria, pues cada nuevo pacto podía ser contradictorio con el anterior. Entre 1879 firmó una alianza con Austria, en 1881 añadió a Rusia y en 1882 una tripe alianza con Austria e Italia. El objetivo bismarckiano seguía siendo aislar a Francia y en 1887 firmó un pacto secreto con Rusia. El tratado de Reaseguro garantizaba la neutralidad de de ambos países en caso de que Francia atacara a Alemania o Austria a Rusia. El pacto, que por razones obvias no se hizo público, era contradictorio con las alianzas anteriores firmadas con Austria.

El final de Bismark y la Gran Guerra

Pero el trenzado de alianzas eran frágiles como se demostró tras caer el canciller con la llegada al poder en Alemania de Guillermo II, que no estaba de acuerdo con las política de paz y estabilidad promovida por el canciller. Su deseo de expansión territorial y su acuerdo formal con Austria motivó el final del tratado secreto con Rusia y la alianza que siempre temió Bismarck: Francia y Rusia. En poco tiempo se desmoronó la política exterior que tanto le había costado crear a Bismarck. Se crearon dos bloques que finalmente se enfrentarían en la Primera Guerra Mundial.

caricatura de bismarck
Caricatura de época de Bismarck
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